LUNES DE LA XXXIV SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO

Lc 21,1-4

En nuestro país hay una canción que dice: – El tiempo que te quede libre
dedícalo a mí -. Esta canción ejemplifica lo que significa: «No te amo».

El dar solo lo que sobra, es una verdadera muestra de «no-amor» hacia cualquiera.

Creo que la persona que ama no solo da de lo que tiene sino que busca que eso que dará sea lo mejor, pues a quien lo dará es a la persona amada.

Pensemos y apliquemos este pensamiento, a las personas que tenemos cerca, a nuestros padres, a la esposa(o), novio(a) y al mismo Dios. ¿Les damos lo mejor de nosotros o solo «lo que nos sobra»?

Si quieres saber a quién verdaderamente amas, solo piensa, para quién siempre tienes tiempo, a quién le das lo mejor de ti… ahí habrás encontrado la respuesta. Es triste que muchos de nosotros, para Dios solo tengamos las sobras.

Lunes de la XXXIV Semana del Tiempo Ordinario

Lc 21, 1-4

En nuestro país hay una canción que dice: El tiempo que te quede libre dedícalo a mí. Esta canción ejemplifica lo que significa: «No te amo». El dar solo lo que sobra, es una verdadera muestra de «no-amor» hacia cualquiera. Creo que la persona que ama no solo da de lo que tiene sino que busca que eso que dará sea lo mejor, pues a quien lo dará es la persona amada.

Pensemos y apliquemos este pensamiento, a las personas que tenemos cerca, a nuestros padres, a la esposa(o), novio(a) y al mismo Dios. ¿Les damos lo mejor de nosotros o solo «Lo que nos sobra»? Si quieres saber a quién verdaderamente amas, solo piensa para quién siempre tienes tiempo, a quién le das lo mejor de ti… ahí habrás encontrado la respuesta. Es triste que muchos de nosotros, para Dios solo tengamos las sobras.

No nos engañemos a nosotros mismos, y mucho menos pretendamos hacerlo con Dios. Él conoce bien el corazón humano, Él sí tiene la justa medida de nuestras acciones, e intenciones. Dejemos que sea Él quien ilumine nuestro camino, nos vaya marcando la senda. No importa lo que digan o piensen los demás. La pobre viuda echó menos que nadie, y sin embargo Cristo alabó su gesto heroico. El Señor sólo nos pide amor, pero amor auténtico, manifestado en obras y no sólo en palabras. Por eso, su Corazón Divino se entristece cuando nos conformamos con una relación fría y lejana.