CATEQUESIS

Objetivo: Combatir las actitudes superficiales, cómodas o miedosas, que nos impiden pararnos a escuchar la voz de Dios en la profundidad de nosotros mismos y en la vida.

Ideas principales:

· Dios es como una emisora, que nunca deja de emitir (=llamar); si no lo oímos, es que no buscamos su onda.

· Si somos consecuentes, su escucha nos llevará a romper con el corsé de nuestro conformismo y de las falsas seguridades para tomar una postura activa de búsqueda de los valores superiores.

· Es en el riesgo de la búsqueda abierta, dispuesta y confiada donde se encuentra al Dios vivo y la esperanza de su Promesa.

· La fe, como forma de vida, es la suma de tres actitudes básicas: la escucha de

Dios, la confianza en Él y el actuar de acuerdo con su voluntad.

· Con aquel que libremente y con honradez intenta el camino de la fe, Dios establece una Alianza a la que siempre es fiel.

RESUMEN DE LAS IDEAS PRINCIPALES.

Quien se deja adormecer por las cosas superficiales y no escucha en profundidad, está renunciando a ser una persona en plenitud. Sólo el que acepta cambiar puede encontrar al Dios vivo. El y su Promesa le darán un nuevo estilo de vida.

DESARROLLO DE LA CATEQUESIS

Primer paso: EXPERIENCIA HUMANA

El punto de partida de esta reunión podría ser la experiencia común de que solamente las noticias espectaculares, lo insólito o lo brillante, es capaz de llamar nuestra atención. Esto lo saben los medios de comunicación y por ello dan este tipo de noticias. Sin embargo, ¿son estas las más importantes? ¿Nos estamos olvidando de buscar más allá de las apariencias?

Segundo paso: DESARROLLO DE LAS IDEAS PRINCIPALES

Antes de entrar en el tema, hacemos una precisión sobre los textos que se usan, para una mejor interpretación de los mismos. El Génesis resume en pocos personajes los recuerdos recibidos por tradición oral de los más antiguos antepasados. Son historia en el sentido de que, a su manera, dan fiel testimonio del origen y migraciones de los antepasados de Israel, así como de sus relaciones geográficas y raciales. El capítulo 15 refunde las tradiciones de Judá (documento J) y del Reino del Norte (documento E) en una recopilación (documento JE) hacia el año 700 a.C. Eran los tiempos en que el reino del Norte había sido destruido por Asiria, y el Rey Ezequías impulsaba en Jerusalén

(Reino del Sur) una renovación nacional. Por esto, los relatos resaltan dos ideas tradicionales que alientan la esperanza: la Alianza y la promesa de tierra y descendencia.

Presentación de Abrahán: Gen 12,1-3.

Abrahán es presentado como un pagano rico que vive en Mesopotamia. No está satisfecho con su país, con las costumbres de sus gentes – dominadas por el pesimismo – , ni tampoco con sus dioses egoístas y crueles. A través de esa inquietud, empieza a escuchar la voz de Dios. Un Dios que no es espectacular (1 Re 19,11-13) y al que hay que aprender a escuchar. No estaría de más pensar si nuestras inquietudes e insatisfacciones nos llevan también a la escucha o sólo a quejarnos.

Abrahán es llamado por Dios: Gen 12,4-10.

Abrahán entiende que tiene que dejar esta tierra, estos ídolos, y buscar otra cosa.

Es el Dios vivo, que ya le está guiando y alentando. Pasa por Canaán, y sus dioses no le convencen: se encuentra que han divinizado las fuerzas de la naturaleza, que intentan manejar en provecho propio. En Egipto encuentra que creen en la trascendencia: en dioses bondadosos que acompañan a los hombres más allá de la muerte, pero tampoco son su Dios.

En los distintos sistemas de vida que nos rodean hoy, encontramos también distintos «dioses»: ambición, comodidad… Difícilmente encontramos nada mejor si no rompemos con el conformismo y nos ponemos en situación de búsqueda activa.

Abrahán encuentra al Dios vivo: Gen 17,1; 15,1; 14,22.

Abrahán, poco a poco, va conociendo un solo Dios superior a todos, y cree que es El quien lo invitó a salir de su tierra y lanzarse a la aventura. Se da cuenta que es Todopoderoso, Creador, Altísimo, en relación al mundo, pero cercano al hombre y su escudo en la adversidad. Un Dios que le invita, pero que no se le impone. Ese Dios es quien da sentido a la vida de Abrahán y a la de todos sus descendientes en la fe.

Muchos católicos de toda la vida no han llegado a encontrar a Dios, porque se han conformado con una cómoda caricatura de Él. El gran descubrimiento es llegar a conocer que Dios se compromete libremente con el hombre (Gen 15,5 y 7; 12,7; 17,4- 8).

Abrahán descubrió que sólo por amor Dios le ofrece una Alianza y una Promesa: Yo seré tu Dios y tú alcanzarás lo que, ya viejo, te parece un sueño; es decir, una tierra propia y la bendición de una descendencia numerosa. Por primera vez Dios promete al hombre que su búsqueda terminará

Constantemente en la Historia de la Salvación, Dios ha renovado la Promesa a pesar de la infidelidad de los hombres. Definitivamente lo hace a través de Jesús constituyéndonos a nosotros los herederos de la Promesa.

Abrahán es el padre de los creyentes: Heb 11,8-10 y Lc 11,27-28.

Pablo nos pone a Abrahán como modelo de la fe cuando salió sin saber a dónde iba. Y Jesús lo alaba cuando dice: «Dichosos los que escuchan el Mensaje de Dios y lo cumplen». En ambos casos se señala la fe no como una creencia, sino como una forma de vida. No es fe lo que no se vive.

Tercer paso: NOS PREGUNTAMOS REFLEXIONES E INTERROGANTES

Quizás sería bueno ver cómo ha captado el grupo este descubrimiento de Dios por parte de Abrahán. Hacer una comparación seria con nuestra vida. Ver que muchas veces, agotados por las obligaciones o las preocupaciones inmediatas, no somos ni siquiera capaces de escuchar a los demás, o pararnos para reflexionar y escuchar lo que nos dice la propia conciencia.

Cabría preguntar también si las gentes que conocemos tienen inquietudes, de qué clase, y si les ayudan a vivir o les amargan la existencia… Cabría igualmente reflexionar si Dios es algo que nos cuestiona o pasamos del tema.

Cuarto paso: TEXTO PARA LA ORACIÓN E INTERIORIZACIÓN

Para estar contigo

hay que tomar la mochila y andar.

Tú siempre estás andando.

El que se sienta se pierde:

no hay más remedio que levantarse.

¿Dónde tienes la mochila?

¿Has recogido la tienda?

¿Vamos! Tu voz es caliente y segura;

otra vez andando, campo a través.

Atrás quedó aquel lugar tranquilo.

Hoy nos pusimos en otro lugar

que mañana quedará atrás.

Tú, en cabeza, más cargado que nadie,

ladeando piedras y saltando arroyos.

Hay que seguirte.

Casa, seguridad, verdad eterna, bondad absoluta…

Estas palabras no están en tu diccionario.

Tú usas otras palabras:

mañana, tierra prometida, desierto, andar,

pobres, tienda de campaña…

¿Hacia dónde salimos mañana?

La mochila (P. Loidí)

Quinto paso: ORIENTACIÓN PARA HABLAR CON LOS NIÑOS

· Dedicar algunos ratos a escuchar al niño, para después poder hacerle ver que a los demás también nos gusta que nos escuchen.

· Darle algunos ejemplos de que hay cosas más importantes a las que estar más atentos que a otras, que son secundarias. Ej. un amigo es más importante que un juguete.