TEMA 7: LOS MANDAMIENTOS DE LA LEY
Objetivo:
Invitar a una actitud de fe que por el hecho de estar centrada en
Dios nos lleva a un mayor compromiso con los hombres.
Ideas principales:
* Decir sí a la Alianza con Dios conduce a una cambio de vida para el individuo o el grupo que lo dice de corazón.
* Dios es único y no puede ser compartido con otros ídolos (poder, seguridad, placer, dinero…). O nos entregamos a Él o nos excluimos de la Alianza y de la Promesa.
* Todo intento de reducir a Dios a una imagen manipulable que nada exiges traicionarlo y caer en la idolatría de una caricatura fabricada por nosotros.
* La armonía con Dios supone estar en armonía con los hombres.
* La celebración del Día del Señor nace como signo comunitario de la liberación y del señorío de Dios sobre la Historia.
* El mandamiento Nuevo del Amor, que Jesús proclama para la Nueva
Alianza, supera y reemplaza a la Antigua Ley.
RESUMEN DE LAS IDEAS PRINCIPALES
La voluntad de Dios, manifestada en su Alianza con Israel, exige a los hombres de hoy luchar contra todos los ídolos que nos esclavizan y comprometernos seriamente en la promoción de una vida humana mejor para todos los hombres.
DESARROLLO DE LA CATEQUESIS
Primer paso: EXPERIENCIA HUMANA
Nuestra sociedad de masas tiene muchos ídolos a los que imita: ídolos de la canción, del deporte, de la T.V., de la política, de las revistas, de los negocios… ¿A cuáles envidiamos o nos gustaría identificarnos con ellos? Cada uno de estos ídolos simboliza unos valores y criterios de vida que deslumbran a mucha gente. ¿Cómo podríamos describir a las personas que sirven a uno u a otro de estos ídolos?.
Segundo paso: DESARROLLO DE LAS IDEAS PRINCIPALES.
Nota sobre los textos:
Conviene señalar la diferencia entre la alianza patriarcal de Abrahán y la del Sinaí. Mientras que la primera adopta una forma más primitiva, la segunda sigue, en algunos textos bíblicos, los formularios de los pactos que los reyes de aquel tiempo hacían con aquellos pueblos que se declaraban o eran hechos sus vasallos. La estructura de estos pactos contienen un preámbulo, en el que el rey recuerda a sus vasallos los actos de benevolencia tenidos para con ellos, que le hacen acreedor de gratitud perpetua, y después una serie de obligaciones que estos vasallos deben aceptar en justa correspondencia.
La singularidad del Decálogo no está pues, en su forma ni en los preceptos de moral natural, sino en el hecho de aceptar la soberanía de Dios y, como fruto del propio pacto, aceptar unas obligaciones por parte del hombre. Estas obligaciones están redactadas en forma negativa e imperativa, como elementos mínimos, dejando abierto a la libertad el perfeccionamiento dentro del espíritu que los inspira.
El Dios único: Dt 6,4-5 y Ex 20,4-5.
Para el israelita, dar nombre a algo o alguien es entenderlo y poseerlo en cierta forma. La diferencia entre los hombres y su Creador es tan grande, que el hombre no puede nombrarlo ni encerrarlo en ninguna representación, imagen o concepto. A los israelitas y a nosotros esto nos inquieta; nos asusta la inmensidad de su SER, que nos interpela y trasciende por completo. Quizás por esto fabricamos «becerros de oro» que nos den su bendición, apoyo o tolerancia al precio de un culto no demasiado exigente.
Así nos engañamos a nosotros mismos. También la manipulación del nombre de Dios en provecho propio es una tentación a la que radicalmente se opone el Decálogo.
Mandamiento sobre el prójimo: Ex 20,12-17; Dt 5,32.
Israel encontró al Dios vivo, reflexionando sobre su propia historia. Lo capta siempre como Dios de vida impulsando la vida de las personas. Así lo recoge el Decálogo, que contiene en su segunda parte los criterios morales mejores de su época.
Jesús, en su contestación a los fariseos (Mt 22,36-40), da a esta segunda parte no menos importancia que a la primera, porque las dos son inseparables: carece de toda coherencia pretender adorar a Dios mientras se abandona u oprime al prójimo, que es su imagen y al que dedica todo su amor (Is 1,11-18).
El sábado: Ex 16,29; Ex 31,12-17.
El descanso sabático, revolucionario en aquella época, es una afirmación de la liberación del trabajo embrutecedor y una ocasión para que cada hombre se encuentre consigo mismo y con el Dios que le da su dignidad. El sábado es la señal social de la Alianza de Israel con Dios.
El domingo, signo de la Nueva Alianza, conmemora la liberación definitiva de Dios en Cristo Jesús y la superación de la Ley por el amor. Lastimosamente estamos perdiendo su sentido, quedándonos únicamente en un descanso que poco tiene que ver con el don que Dios nos hizo.
Tercer paso: NOS PREGUNTAMOS
REFLEXIÓN E INTERROGANTES
En el tema hemos encontrado cuatro grandes protagonistas: el Dios único, los ídolos, las normas o mandamientos y el prójimo. ¿Somos capaces de decir honradamente qué parte de nuestra vida está dedicada a cada uno de ellos? ¿Hemos superado el nivel mínimo de los Mandamientos para entrar en la dinámica del amor?.
Cuarto paso: TEXTO PARA LA ORACIÓN E INTERIORIZACIÓN
1 Jn 4,20-21
Quinto paso: ORIENTACIONES PARA HABLAR CON LOS NIÑOS
Hacerles ver que las normas de comportamiento en casa y en el colegio pretenden garantizar unas condiciones mínimas para el bien de todos. Lo mismo pasa con los mandamientos del 1º al 10ª ; pero a Dios le gustaría que no nos quedáramos en el mínimo.
Explicarles también que Dios prefiere más una buena acción con un compañero, que recitar una oración aprendida.