Mt 11, 25-30
Hoy es un día muy especial para experimentar el amor. Hoy celebramos la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús.
¿Por qué celebramos precisamente el corazón de Jesús y no otra parte de la persona de Jesús? Celebramos el corazón de Jesús porque en él vemos y contemplamos la expresión del amor inmenso que Dios nos tiene.
Para un ser humano, el corazón es el lugar en donde están las fuerzas vitales. Decirle a alguien: “Te amo con todo mi corazón”, es como decirle: “Te amo con lo esencial mío, te amo con todo mi ser”. Decirle a alguien “corazón”, es decirle: “Eres algo esencial e importante para mí”.
Hablar del corazón de Cristo es una forma de decir que Dios es amor. Es decir que lo esencial de Dios no es otra cosa que el amor.
Dios es un papá que nos ama gratuitamente, que con mimos y caricias nos ayuda a dar los primeros pasos en el amor. Dios nos lleva en brazos, cuida de nosotros y nos atrae hacia Él con los lazos del cariño, con cadenas de amor. Dios es para nosotros como un padre que estrecha a sus hijos y se inclina hacia nosotros para darnos de comer.
A veces nos encontramos desilusionados, confundidos y nos sentimos solos, por ello tenemos que hacer una pausa en nuestra vida y experimentemos ese amor incondicional de Dios, sintamos y digamos: Dios me ama, me ama gratuitamente, me ama sin condiciones.
¿Somos capaces de sentir el amor de Dios?
San Pablo busca la manera de sumergirnos en ese amor y nos dice que arraigados y cimentados en el amor podremos comprender la anchura y la longitud, la altura y la profundidad del amor de Cristo y experimentar ese amor que sobrepasa todo conocimiento humano, para que quedemos colmados con la misma plenitud de Dios.
El amor de Dios nos circunda por todas partes. Seamos capaces de descubrir ese amor. Dejémonos acariciar por Dios. Todo este amor se hace rostro amoroso, se hace caricia concreta, se hace ojos amables y mano que levanta, en Jesús.
Y san Juan nos presenta a Jesús amando hasta el extremo, dando la vida hasta el último suspiro, lo da todo por amor.
En su simbología nos hace recordar la lanza que hace brotar sangre y agua del corazón que tanto ha amado a los hombres.
Contemplemos a Jesús dando la vida por nosotros, amándonos a más no poder, haciéndonos sus amigos, compadeciéndose de nosotros.
Día del Sagrado Corazón de Jesús, día para experimentar ese extraordinario amor. Déjate amar por Jesús.