Mt 17, 22-27
Hoy hemos escuchado el segundo anuncio de la Pasión del Señor. La presentación de su camino; la Pascua es algo que inquieta, escandaliza que es objeto de rechazo. La traición, los sufrimientos, la muerte son cosas que afectan radicalmente nuestra sensibilidad. Aquí Jesús los presenta como expresión de obediencia y amor. El anuncio de la resurrección y de la gloria como resultado de esos dolores, no es comprendido. El camino pascual del Señor: «se entregó hasta la muerte y muerte de cruz; por eso le dio un nombre sobre todo nombre» es también nuestro propio camino.
En ocasiones se ha presentado a Jesús como un revolucionario que ataca y destruye el orden antiguo. Los evangelios, en cambio, nos lo presentan como un fiel observante de las prescripciones y ritos antiguos.
Los fieles israelitas debían pagar cada año dos dracmas para el Templo y su culto. Aunque Jesús, como El lo explica, no estaba obligado a ello, lo cumplió «para no dar motivo de escándalo». Es de notar la importancia de la figura de Pedro: a él se dirigieron los cobradores del impuesto y él responde en nombre de Jesús. Con la moneda maravillosamente encontrada pagará su deuda junto con la de Cristo.
Que la fuerza del don del Señor nos ayude a seguirlo siempre en su itinerario pascual.