Mc 8, 1-10
El evangelio nos presenta dos multiplicaciones de los panes. La primera en territorio judío y para judíos; la segunda en territorio pagano y para gente que no es del pueblo de Dios.
Esta gente viene “de lejos”; “llevan tres días conmigo”, dice el Señor.
Los gestos son los mismos: tomar los panes, pronunciar la acción de gracias, partir y repartir. Son las mismas acciones de Cristo en la última Cena, que seguimos reproduciendo en cada Eucaristía siguiendo el mandato: “Hagan esto…”
En la primera multiplicación prevalecía el número 12, es la “multiplicación para los judíos” y hace referencia a las doce tribus, a los doce apóstoles. Hoy prevalece el número 7, siete son los panes, siete los canastos de sobras, como siete serán también los primeros ministros dedicados a los cristianos de origen griego. Es la “multiplicación para los griegos”. Siete además es la plenitud, la perfección.