Viernes de la XX Semana del Tiempo Ordinario

Mt 22,34-40

Cualquier seguidor de Jesús que no conociese la pregunta que un fariseo dirige en el evangelio de hoy a Jesús, sabría, antes de escuchar a Jesús, cuál iba a ser su respuesta. No podía ser otra.

Por si nos cabían dudas de si el amor es lo más importante de la vida humana, oyendo a Jesús se nos disipan todas nuestras posibles dudas. Jesús nos asegura que el amor es lo más importante de la vida humana.

La explicación es bien sencilla. Estamos hechos a imagen y semejanza de Dios, y si Dios es Amor también nosotros somos amor, seres amorosos, que instintivamente deseamos amar y ser amados.

Por si nos quedaban dudas, Jesús nos aclara con rotundidad que nuestro amor se lo debemos dirigir a nuestro Dios y amarle con todas nuestras fuerzas que para algo es nuestro Dios, y también a nuestros semejante y a nosotros mismos.

El amor debe presidir nuestra vida. De tal manera que Jesús llegará a decirnos que debemos amar incluso a nuestros enemigos. Es que si se nos ocurre ir por el camino contrario del amor sacaremos suspenso en el vivir, y la tristeza y el mal sabor de boca y de alma nos invadirán…