Viernes de la X semana del tiempo ordinario

Mt 5, 27-32 

En este pasaje Mateo une dos enseñanzas: una sobre el pecado y otra sobre el adulterio de manera que aprovecha la enseñanza sobre el pecado en general para advertir sobre el pecado de adulterio.

Con frecuencia se ha acusado a la Iglesia católica de retrograda en materia de sexo, pensando que restringe un libertinaje disfrazado de derechos humanos y de respeto a la persona.

Las palabras de Jesús este día, vienen a cuestionarnos sobre nuestra actitud frente a la sexualidad.

Cuando estamos en un mundo invadido por los programas de la televisión, las telenovelas, los cuentos y los chistes que desprestigian la fidelidad y la pureza, suenas las palabras de Jesús como muy lejanas. No es estar al día ni experimentar con todas las cosas posibles lo que nos propone Jesús. La provocación y el desenfreno cada día se exhiben y parecen reclamar sus cartas de identidad. Cristo habla de otra cosa muy diferente.

Aún en una sociedad donde la mujer era considerada de muy poco valor y casi como una más de las pertenencias, el adulterio tal como lo expresa, significaba tanto una injusticia como una impureza, pero Cristo va más allá, no sólo en este pasaje, sino en toda su vida y en la actitud que muestra hacia las mujeres. Las considera como verdaderas personas, no como objeto de placer, ni tampoco como una pertenencia al estilo judío. Por eso las defiende, las trata y las anima.

El divorcio tampoco se entendía como actualmente. Se buscaban pretextos para despedir a la mujer que no le agradaba al hombre.

Hoy, tanto el adulterio como el divorcio han perdido su sentido de pecado y sin embargo hacen tanto daño a nuestras comunidades, pues acaban uno y otro destruyendo la familia.

Con frecuencia se fundamentan razones para justificarlo, pero con mayor frecuencia hemos descuidado el verdadero valor de las personas: hombres y mujeres, y la comodidad y el utilitarismo se han convertido en parámetros de juicio.

La base de toda familia será el verdadero amor y la verdadera justicia. El divorcio y el adulterio van contra ambos y acaban destruyendo la pareja.

En este día revisemos las actitudes de pareja: el respeto, el cuidado. Revisemos también lo que entra por los sentidos: ojos y oídos, respecto a estas bases familiares.

¿Qué nos dice hoy Jesús?

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