Lc 11, 27-28
En estos versículos del Evangelio de San Lucas se muestran dos enfoques diferentes en los dos personajes que se mencionan, la mujer y Jesús.
La mujer que levantó la voz en medio del gentío pone de manifiesto la maternidad de María y la importancia de la lactancia, este alimento natural que cualquier madre en las mismas circunstancias da a su hijo y que expresa ternura y entrega.
En contraposición Jesús no hace ningún comentario al respecto y directo con relación a su madre, solamente se limita a elogiar a los que escuchan la Palabra de Dios y la ponen en práctica.
Indirectamente claro que elogió a su Madre ya que fue la única persona que acogió esa Palabra y la cumplió durante toda su vida, realizando la misión que Dios le tenía encomendada, por eso tiene asignado un puesto especial en la Iglesia.
A lo largo de los siglos la Iglesia ha vivido y sigue viviendo momentos complicados para hacer llegar a la civilización del momento las palabras del Evangelio, por eso es interesante recordar la advocación de la Virgen que hoy celebramos, la Virgen del Pilar, cuyo origen, centrándonos en el contexto histórico y la tradición, se apareció al Apóstol Santiago y a sus discípulos en la noche del 2 de enero del año 40 D.C., junto al río Ebro, de pie sobre un pilar de jaspe.
La Santísima Virgen pidió que se le construyese allí una iglesia, con el altar en torno al pilar donde estaba de pie y prometió que “permanecería este sitio hasta el fin de los tiempos para que la virtud de Dios obrara portentos y maravillas por su intercesión de aquellos que en sus necesidades imploren su patrocinio”.
Se construyó en aquel lugar una capilla, que al cabo de los siglos y después de haber sufrido numerosas ampliaciones y transformaciones, se proyectó la Basílica actual, lugar mariano por excelencia de oración y peregrinaje obligado para todas las personas que visitan Zaragoza.
Son muchas las ciudades y gremios, tanto en España como en América, que la tienen como Patrona.
Es imprescindible que los cristianos escuchemos, contemplemos y saboreemos la Palabra de Dios para luego transmitirla a los demás, entregándonos con toda el alma y nuestras fuerzas para transformar el corazón de parte de la Sociedad actual tan necesitada de la Buena Noticia.
María que se manifestó sobre una columna, siga siendo pilar y fortaleza para las personas que con fe soliciten su intervención.
¿María es pilar y fortaleza para ti?
¿En momentos complicados de tu vida acudes a Ella como Madre?