Mt 10, 7-15
De nuevo Jesús, ahora en otro contexto, advierte del peligro de rechazar el anuncio del Reino. Este es quizás uno de los grandes problemas por los que atraviesa nuestra sociedad: el rechazo del anuncio evangélico.
Ciertamente este rechazo no es expreso, sin embargo esta pereza de ir a misa, de asistir a retiros, de no involucrarse en la parroquia, de no estar abierto a la instrucción de la Iglesia (obispos, sacerdotes, del mismo Papa), expresa con bastante claridad el rechazo que el mundo y nuestra sociedad hace del anuncio del Reino.
Por otro lado si bien es cierto que no hay una negativa concreta de hospedar a un ministro de la palabra (sea sacerdote o laico), en muchos de los cristianos se nota una falta de interés por cooperar abiertamente en la proclamación del evangelio; no se nota este compromiso en donde uno pone a la disposición del Reino, su persona e incluso sus propios bienes, a fin que el mensaje del evangelio se difunda.
Debemos estar atentos, pues la advertencia de Jesús es clara: Yo les aseguro que en el día del juicio Sodoma y de Gomorra, serán tratadas con menor rigor que aquella ciudad. Busquemos siempre la manera de aceptar la invitación de Jesús a una conversión más profunda y de cooperar para que toda nuestra comunidad pueda conocer y vivir al mensaje del Reino.