Hoy celebramos la fiesta de San Matías, Apóstol. ¿Qué se requiere para ser un apóstol? Era muy difícil la elección para sustituir a Judas. No solamente porque el puesto del traidor sería visto con dolor, sino porque para encontrar un verdadero discípulo se pondrían muchas condiciones.
Las dos lecturas de este día nos ofrecen las pistas para ser verdaderos discípulos de Jesús. Las condiciones que le ponen al substituto de Judas es que sea alguien que ha acompañado a Jesús durante toda su vida pública: desde que fue bautizado hasta su ascensión. Pero no sólo un acompañante, sino que tiene que ser un testigo de la resurrección de Jesús.
¿Cómo ser testigo de Jesús Resucitado? El testimonio que nosotros podemos ofrecer aparece claramente en el evangelio: reconocerse primeramente amado por Jesús, permanecer en ese amor y amar como ama Jesús.
El amor que Jesús nos ofrece es gratuito. El amor que nosotros debemos ofrecer a los hermanos es también gratuito.
La elección de Matías tuvo por una parte una cuidadosa selección por parte de la comunidad, pero además se pusieron en oración y se confiaron a la providencia para que fuera elegido conforme al Espíritu. Quizás nos parezca hasta una forma infantil de hacer elecciones, eso de echar suertes, pero lo que quiere resaltar el libro de los Hechos, es la conciencia que tenía la comunidad de que todo era obra del Espíritu. Así queda muy claro que no es tanto por las cualidades y por los méritos propios, sino que es por la gratuidad del Espíritu que había sido elegido.
Cristo insiste en este aspecto al señalarnos que no somos nosotros los que lo hemos elegido, sino que es Él quien nos ha elegido. Así que no tendremos nada de que vanagloriarnos, ni por lo cual actuar como si fuéramos héroes a la hora de seguir a Jesús. Todo es gratuidad y sin mérito propio.
Ojalá que también hoy nosotros apreciemos este regalo de sabernos llamados por Jesús, de ser considerados de los suyos, de sus amigos y confidentes. Y así nos dispongamos a dar los frutos que Él espera de nosotros.