Lunes de la VII Semana del Tiempo Ordinario

Mc 9, 14-29

De nuevo, según el estilo de Marcos, nos presenta en un solo pasaje una gran cantidad de material para reflexión.

Hoy destacaremos únicamente el hecho de la fe que está a la base de todo el relato.

Apenas hace unos días reflexionábamos sobre la identidad de Jesús: «¿Quién dice la gente que soy yo?», preguntaba Jesús a sus discípulos. De nuevo aparece, aunque de otra manera, esta pregunta para la multitud.

El padre de familia dice: «Si puedes hacer algo por él…». Este padre de familia, al igual que muchos de nuestra comunidad cristiana, aun no se han dado cuenta que Jesús es verdadero Dios y que por lo tanto puede hacer todo (no siempre querrá hacerlo, pero pude hacerlo).

Una de las ideas que nos ha metido el mundo en la cabeza, es que nuestro Dios es un Dios pequeño, incapaz de resolver nuestros problemas. Esto ha hecho que muchos busquen otros «dioses» para resolverlos, siendo que al final se encontrarán en una situación peor.

Jesús es verdadero Dios. Cierto, hay que creer, y creer como creyó la Sirofenicia, el ciego, etc…

Puede ser que nuestra fe sea aun pequeña, pidamos pues hoy con sinceridad a Jesús: ¡Aumenta mi fe!