
Dan 13, 1-9. 15-17. 19-30. 33-62
Esta historia de Susana, nos deja ver lo que significa el haber tomado la decisión de no pecar, llegando incluso a preferir la muerte que serle infiel al Señor.
Al ir llegando al final de nuestra cuaresma, que bueno sería que cada uno de nosotros haya progresado lo suficiente en su proceso de conversión que lo lleve a tomar la decisión de no pecar más. Si bien es cierto que esto no depende exclusivamente de nuestras fuerzas, pues siempre el pecado será mas fuerte y astuto que nosotros, pero con la gracia de Dios… si es posible.
Una de las razones por las que no se avanza en el camino de la gracia es el hecho de no haber tomado la resolución concreta y decirle a Dios: «Con tu gracia no volveré a pecar nunca más».
Esta decisión es la más importante de nuestra vida pues es la que nos separa de la felicidad del Reino. Ciertamente que el decir «no pecaré mas», implica el dejar muchas o algunas cosas que nos atraen e incluso nos fascinan… pero si deberás queremos ser Santos y vivir la plenitud del amor de Dios, no queda otro camino. ¡Decídete!
Jn 8, 1-11
Si echamos una mirada nos daremos cuenta que las nubes del materialismo han cubierto el horizonte cultural. La luz penetra cada vez menos. La esperanza parece menguar. En medio de la oscuridad brillan pequeñas lucecitas. Son luciérnagas. Fugaces momentos de felicidad que el mundo da. Así paga el mundo a los que le sirven. Les promete felicidad y diversión, y se los concede. Pero un instante, un suspiro; y después, la oscuridad.
Pero no estamos solos. Un rayo de esperanza rasga las nubes. Es Cristo que viene a recordarnos: “Yo soy la luz del mundo”
Nosotros, como cristianos bautizados, estamos llamados a ser luz del mundo. ¿Cómo? Predicando el Evangelio del amor con el ejemplo de nuestra vida y el testimonio de nuestra palabra.
Reforzando la unidad familiar, por ejemplo rezando en familia; escuchando y compartiendo las penas de mi prójimo, ayudándolo cuando lo vea en apuros. En fin, la caridad es ingeniosa, hay mil maneras de vivirla. Sólo hace falta querer ser luz del mundo.
Animo. Somos esta luz, ¡Hagamos que brille con toda su intensidad en medio de nuestro mundo!