Mt 25, 1-13
El mensaje de esta parábola es la necesidad de estar siempre preparados y de velar ante la venida del Señor. Otras parábolas insisten en el mismo tema. Mantener el espíritu alerta y preparado para la venida del Señor, supone desear con pasión esa venida, desearla como lo más importante. De tal manera que no haya nada que nos distraiga de esta actitud.
Los cristianos hemos de mantener esta actitud no sólo para la segunda venida de Jesús. Jesús, el hijo de Dios, viene continuamente y de maneras diversas a nosotros en nuestra existencia terrena, con más o menos intensidad de reconocimiento por parte nuestra. En la oración, en la eucaristía, en mil circunstancias de la vida, en cada hermano necesitado de nuestra ayuda… Debemos mantener, en medio de nuestras actividades normales de cada día, la ilusión de experimentar su presencia, su llegada, con un corazón preparado y ansioso de recibirle.